Excelente ejemplo de las cualidades
que ha de poseer un dibujo de un paisaje abierto, es esta obra,
que lleva por titulo "La Crau" y que fue realizada por Vincent
Van Gogh (1853 -1890). El dibujo, ejecutado con pluma y tinta
china, presenta una amplia extensión de terreno cultivado
dividida en franjas, mediante claroscuros, leves contrastes y
pequeñas líneas paralelas.
La ejecución de dibujos que tengan como
motivo primordial el paisaje requiere una disposición especial por
parte del artista, puesto que ha de ser el propio análisis del natural
y el ejercicio las pautas que habrá de seguir. Dentro de los tipos de
paisajes que con mayor frecuencia se encuentra el dibujante, es el
paisaje abierto el que ofrece las estructuras más simples. El
protagonista de un paisaje abierto es el horizonte, y los demás
elementos pierden importancia frente a aquél. No obstante, la
dificultad de ejecución de estas imágenes estribará en la escasez de
referencias que existen para dar sensación de profundidad, puesto que
no aparecerán montañas elevadas ni casas o árboles en los últimos
términos.
Será clave, por tanto, poner en juego los
conceptos de atmósfera y perspectiva, que ya se ha explicado en el
curso de dibujo básico. Dibujaremos la atmósfera disminuyendo el
contraste de los tonos a medida que vamos avanzando hacia la lejanía.
Nunca podrán existir grises oscuros ni blancos en los tonos alejados,
tanto en el cielo como en la superficie de la tierra.
En cuanto a la perspectiva, el tamaño de las formas también dependerá
del horizonte: cuanto más lejanas a éste (es decir, cuanto más cerca
del primer término), más grandes y definidas serán. Para lograr
plenamente la sensación de profundidad nos ayudarán algunos elementos
(unos árboles, por ejemplo), dibujados en la zona más cercana al
espectador.
Las líneas horizontales
En el dibujo de un paisaje abierto, son las estructuras horizontales y
paralelas a la línea de horizonte, las responsables parcialmente de
que se produzca una sensación de amplitud y dilatación en el dibujo. A
esto el dibujante habrá de sumar el tratamiento tonal diferente que
ofrezca la sensación de atmósfera, mediante la aplicación de una gama
de grises al fondo del paisaje.
Ejemplo:
Ejecutado de una forma muy rápida y
con grandes trazos, podemos ver el esquema de estructuras
horizontales presentes en un paisaje dilatado: las distintas
zonas se superponen hasta alcanzar la línea de horizonte.
En este dibujo podemos apreciar
ya el paisaje plenamente ejecutado con lápices de grafito.
Hemos cubierto con los trazos del lápiz las distintas zonas
del esquema, cuidando la adecuada entonación y contrastando
los planos de profundidad.
El encuadre en el paisaje
abierto
La primera norma que debe
tener en cuenta un dibujante cuando pretenda interpretar un
paisaje es que la Naturaleza siempre está bien compuesta.
Habrá que encuadrar el trozo que se desea dibujar, y para
ello será preciso trazar la línea del horizonte y buscar una
distribución asimétrica de los elementos que intervengan.
Los errores más frecuentes al encuadrar un paisaje suelen
consistir en situar la línea de horizonte muy elevada,
excesivamente baja, o exactamente en el centro del tema
artístico a desarrollar. Para llevar a cabo correctamente el
dibujo del paisaje abierto de nuestro ejercicio, trazaremos
la línea de horizonte por debajo del centro del papel.
Buscaremos luego un encuadre que resulte variado para el
tema y trataremos con mayor definición los primeros
términos, sin llegar a perfilar excesivamente las nubes,
para que no pierdan su característica de masas móviles y
cambiantes.
HORIZONTE
EXCESIVAMENTE ALTO: En este apunte del tema, observamos que
casi no aparece cielo en el dibujo por falta de espacio, y
no se logra el efecto de paisaje abierto.
HORIZONTE DEMASIADO
BAJO: En este otro caso vemos que los efectos que se producen en
la zona inferior del dibujo tampoco dan la sensación de paisaje
dilatado.
HORIZONTE
INTERMEDIO: En este boceto el horizonte aparece en la mitad del
dibujo, por lo que resulta demasiado simétrico y monótono de
estructura.
APLICACIÓN
DE LA "SECCIÓN DORADA": Una forma de obtener una composición
perfecta, desde el punto de vista estético, consiste en aplicar
la "sección dorada" (A: B = B: C).
Comenzamos ya
propiamente el dibujo, partiendo de situar en primer lugar la
línea de horizonte a la altura más adecuada, y bocetamos los
elementos del primer término.
Efectuamos una
entonación muy ligera gris, reservando los blancos del
primer término sin dibujar. En el último término, para
reproducir la atmósfera, aplicamos escasos contrastes.
Concluimos el
dibujo construyendo las nubes (nunca de una manera muy
concreta, para dar sensación de cambiantes), contrastamos
más intensamente los tonos y relieves.